Casi lo mejor de aquellos libros escritos en el español de América eran sus comienzos asombrosos. Se leía la primera línea y ya se estaba en el interior de un mundo, en el desafío de un misterio, en la corriente de una historia. Eran principios que nos parecían tan poderosos como los de los grandes relatos originarios, el del Génesis o el del Quijote, el de En busca del tiempo perdido, la Ilíada. Delante del pelotón de fusilamiento el coronel Aureliano Buendía se acuerda de la mañana remota en que su padre lo llevó a descubrir el hielo. Alguien vino a Comala porque le habían dicho que allí vivía su padre, Pedro Páramo. Durante tres días y tres noches del carnaval de 1927 la vida del Emilio Gauna de Bioy conoce su primera y misteriosa culminación. La candente mañana de febrero en la que Beatriz Viterbo murió un personaje que se llama Borges dice que notó que en los cartelones de la plaza Constitución habían cambiado un anuncio de cigarrillos. En una mañana gris de Lima un periodista joven encuentra por casualidad a un antiguo conocido y al mismo tiempo que se va desgranando el principio de una historia unas palabras actúan como un motivo musical: “Zabalita, ¿en qué momento se jodió el Perú?”. En un pueblo de una serranía punteada de sanatorios antituberculosos el dueño de un colmado ve llegar a un viajero y se fija en sus manos, y en esa figura alta y sombría de Los Adioses uno reconoce un autorretrato de Juan Carlos Onetti con la misma familiaridad con la que lee las primeras palabras definitivas de la historia: “Quisiera no haber visto del hombre nada más que las manos”…En cada arranque hay una interrogación y una búsqueda. Con mucha frecuencia también un viaje, una caminata. En el principio de la primera línea de Rayuela hay una pregunta que contiene cifrado en su brusca brevedad el hilo de la historia, del que habrá que ir tirando poco a poco hasta quedar envuelto en ella: “¿Encontraría a la Maga?”. No sabemos quién habla, si es hombre o mujer, ni sabemos si quiera si habla en primera o en tercera persona, y el nombre tan raro de la mujer que provoca esa búsqueda es un motivo nuevo de incertidumbre, porque además no es un nombre, sino un apodo, más alarmante visto ahora que cuando lo leíamos de muy jóvenes.
[...]
39 Comments
Cuando leo escrito por usted: “Gobiernos oligárquicos que niegan a la inmensa mayoría de sus ciudadanos el derecho a la educación y por lo tanto al disfrute de la literatura se condecoran a sí mismos con la pompa vacía de la glorificación del escritor y gastan en ella lo que no gastarán nunca en bibliotecas ni escuelas públicas ni becas de estudio. Personajes de rango económico y político nos informan en sus necrológicas de la amistad —entrañable— que los unía al difunto y hasta de la alta opinión que este tenía de ellos”, le aplaudo desde mi sencilla ignorancia, porque denuncia de una forma clara y contundente lo que pienso y siento.
Me gusta leerle. Siempre con lápiz y papel al lado para seguir aprendiendo. Gracias por compartir.
Yo también siento fascinación por los comienzos de los relatoso de las novelas: en la mayoría de los que menciona Antonio coincido plenamente.
Esto del teclado de la tablet es un desastre :-)
Querido Antonio:
soy la lectora que te hizo notar el gazapo que cometiste con respecto a las fechas de estrenos de La consagración de la primavera y Falla. Te escribo otra vez para advertirte de un nuevo gazapo.
La muchacha embarazada de Luz de agosto, Lena Grove, no es negra. Es blanca.
Perdón, me refería a la fecha de estreno de Petroushka.
De acuerdo estoy con Antonio y así lo siento también. La prosa de Gabo y de algún literato sudamericano más me resulta algo empalagosa aún siendo grandiosa. Sin duda hay mucho que aprender de él aunque me inclino igualmente por una literatura más concentrada. Quizás sea algo cultural, algo arraigado en aquellas latitudes.
El comienzo es el anzulo que guia la novela ó relato impulsándola desde el principio …
Se el comienzo no te empuja, mal empieza la historia.
Buen comienzo : buena historia; salvo casos particulares y excepcionales.
La prosa de García Márquez, que ahora todos llaman Gabo, es sublime, muy trabajada, no es precisamente, o no fue para él, un rio que fluye, la escribió como solo él lo sabe hacer.
Antes hizo novelas cortas donde ya se veia que más tarde formarían esa novelas que más que leer estudiamos y disfrutamos, y seguirá así, Sea o no Nóbel con Guayabera incluída que así se le llama en Canarias a la prenda que el utilizó, Y lo más importante es que supo escribir para que no quedara reducida a determinados lugares sino que fuera universal. Como en otro orden El Obsceno Pájaro de la Noche, de Donoso, o Tres Tristes Tigres de Cabrera Infante, el Túnel de Sábato, siempre tan lúgubre, en fin que aunque no me guste no puedo olvidar a Vargas Llosa porque algunas novelas suyas si me gustaron, Y sigo pensando que sin olvidar a Jorge Amado y su Gabriela Clavo y Canela hay otros escritores pero los pondría en otro lugar, no con Gabriel García Márquez, que ha tardado usted D. Antonio, ha tardado en darle el lugar que le corresponde, pero quedaría mal con el resto de escritores. Su amigo y tb mio Juan Cruz hizo un maravilloso relato sobre García Márquez que íbamos casi todos leyendo al mismo tiempo….y eso une mucho….
“De repente el sol rompió la techumbre de hojas apretadas y duras y un cuerpo de claridad cayó aleteando en la hierba, como un pájaro vivo. “¿Lo viste?”, dijo Abraham. Yo miré hacia adelante y vi a Gilberto y a Tobías al final de la nave. “No es un pájaro”, dije. “Es el sol que ha salido con fuerza.”
No es así como empieza la novela que leo ahora: ‘La hojarasca’, de GGM; es uno de los bellísimos párrafos que hay en ella.
Acabo de restituir el título original de la crónica, que en el periódico han modificado sin mi permiso. Solo vi un par de veces a García Márquez, y no tenía ni tengo ninguna razón para usar un diminutivo refiriéndome a él.
Toni Zamalaparra,
¿Arraigado en cuáles latitudes? Porque América del Sur (menciona usted a “literatos sudamericanos”, con lo que doy por hecho que incluye allí a los que ha nombrado nuestro anfitrión en su artículo, que son, si no me confundo, cinco, y excluye a los que no son sudamericanos, que son dos), desde Venezuela hasta Chile y Argentina, se desparrama de norte a sur por latitudes muy distintas, naturalmente. Su literatura, la hecha por sus escritores, también.
Y de paso: tengo tres hijos; contrariamente a lo que seguramente podría suponerse, a ninguno le puse por nombre Maiquel. Ni Yésica, ni Mileidi ni Mailord.
La montaña compacta de prejuicios, desconfianzas, extrañeza, otredad, desconocimiento y hasta
menosprecio con la que gran parte de los españoles
(que no todos, de ninguna manera), mira y ha mirado a
la América que habla castellano, no deja de asombrarme.
Pasaron quinientos años, y sin embargo se ve que no hubo tiempo suficiente para descubrir América. Digo descubrirla de verdad, conocerla, y asociarla, incorporarla, y aprovechar (como creo que hubiera hecho casi cualquier otro país europeo) la fenomenal ventaja de tener un continente entero que habla su mismo idioma y cree en sus mismos dioses. Pero no. No hubo y parece que no hay forma.
Lo que más me ha gustado de García Márquez – ya lo dije cuando falleció – es “El amor en los …”. Me gustó al leerlo por primera vez y pasó la prueba del algodón de la segunda lectura, porque volví a disfrutar con ella bastantes años después. No sé si me ocurriría lo mismo con “Cien años…”, tengo algunas dudas al respecto. Pero es posible que lo intente en algún momento. De Víctor Hugo me entretuvo leer “Los Miserables”, un novelón de los de antes. Y mucho me temo que a algunos mandamases no les haya gustado demasiado tu artículo; a mí, sí. Saludos.
albertiyele,
Igualito igualito que los del Madrid a los del Atleti…Siempre me ha parecido un milagro maravilloso poder entenderme en el mismo idioma (enriquecido) con las gentes del otro lado del mundo. Un abrazo.
Dumi,
La próxima vez infórmate antes para no quedar en ridículo. Hace años que Muñoz Molina puso a García Márquez “en el lugar que le corresponde”:
http://elpais.com/diario/2009/11/28/babelia/1259370736_850215.html
La versión en papel parece que está bien, sin el hipocorístico (vaya nombre de hueso. El hipocorístico, digo).
” … Empieza la narración … ”
” Tocó el quinto Ángel. . . Entonces vi una estrella que había caído del cielo a la tierra. Se le sio la llave del pozo del Abismo. [...] ”
(Apocalipsis; 9,1)
” Un buen día tomó el autobús, se dirigió a la ciudad, y viendo que un velero acababa de entrar en el puerto, se enroló en él para navegar hasta más allá de los estrechos. Su decisión fue acogida en “Emilas” con poco entusiasmo.
—Habías prometido quedarte en casa este año —dijo Hanna en tono de reproche.
—¿Qué falta hago aquí si viene Bengt? [...] ”
Sally Salminen
“Mariana”
Vergara — Círculo de Lectores (1964)
” [...] Desde el otro lado del pasillo, en el autobús, yo lo veía de perfil contra la ventanilla por donde se deslizaba un paisaje abismal de construcciones de hormigón y barriadas nocturnas, inquieto, digno, reconocido y previsible en cada uno de sus actos, en su manera de consultar el reloj o de acomodarse los hombros del abrigo, mirando absorto los faros que venían en dirección contraria, los semáforos intermitentes en la charolada oscuridad del asfalto, las ventanas iluminadas en los pisos más altos de los edificios. Una vez estábamos viendo en la televisión un documental sobre la guerra de Cuba y apareció la fotografía de una multitud de hombres con uniformes rayados que se congregaban en el muelle de La Habana junto a las pasarelas de un vapor. “¿Tú ves a toda esa gente?”, me dijo, y yo pensé que iba a hablarme de mi bisabuelo Pedro Expósito: “Pues todos están muertos.” Cuando avisaron por los altavoces la salida del tren nosotros llevábamos ya más de una hora en Atocha. Junto al estribo, muy nervioso, queriendo sin duda contener el miedo a que el tren se marchara sin él a pesar de todas sus precauciones, me abrazó y me besó, me pasó la mano por el pelo revuelto, me dijo que comiera bien, que estudiara, que me levantara temprano, qe no me metiera en política. Luego abrió la cartera y me metió dos billetes de mil. Lo hizo con discreción, pero no sin sugerirme, por la lentitud pensativa de su gesto y la gravedad de su cara, que yo estaba en Madrid contra su voluntad y que le había costado mucho ganar aquel dinero. Subió enérgicamente al estribo en cuanto oyó el silbato. Asido a la barra, seguro de que ya no perdería el tren, dijo que iba a pedirme un solo favor. “Por lo que más quieras, aféitate esa barba.” Seguí distinguiéndolo por su pelo blanco entre las cabezas asomadas a las ventanillas cuando el tren se alejó, y luego, aliviado y un poco remordido por su ausencia, salí a la noche y al frío y a las luces distantes de Madrid. [...] ”
AMM
“El jinete polaco” (1991)
Planeta, 2001
” … contundencia irresistible … ”
” [...] Luego era forzoso procurarse un palo de carrash, madera de África, que aquí llaman laurel. Un vendedor de garrotes, en el primer tinglado cabe las Américas, lo tenía. Había que comprárselo sin pronunciar palabra. Bueno: pues reunidas estas cosas, se pondría el palo al fuego hasta que se prendiera bien… Esto había de ser el viernes a las cinco en punto.msi no, no valía. Y el palo estaría ardiendo hasta el sábado, y el sábado a las cinco en punto se le metía en el agua siete veces, ni una más ni una menos.
—¿Todo callandito?
—Hablar naida, naida. [...] ”
Benito Pérez Galdós
“Misericordia”
Colección III Centenario — RAE
Alfaguara, 2013
” [...] Esa identificación casi siempre es problemática. En el caso de Galdós es particularmente engañosa, y ha dado lugar a algunos de los malentendidos más comunes, y más injustos, sobre su calidad como escritor. La voz que cuenta en la mayor parte de sus Novelas Españolas Contemporáneas no es la de Galdós. Ni siquiera cuenta en tercera persona, ni desde fuera del mundo imaginario en el que viven los personajes. Esa voz pertenece a alguien como ellos. Alguien que habla como si los conociera de muy cerca y que habita, aunque en un segundo plano de invisibilidad y anonimato, la misma ciudad, los mismos lugares. En el principio de Madame Bovary, alguien que no puede ser Flaubert cuenta un recuerdo de infancia: el día en que llegó al internado un chico nuevo, un aldeano torpe del que todos se burlaban. Tenemos una razón para estar seguros de que esa voz en primera persona no es la de Flaubert: ese chico nuevo que llegó al internado es un personaje de ficción, Charles Bovary. Los personajes de ficción no van a las mismas escuelas que las personas reales, ni siquiera las que en la vida adulta se dediquen a esceibir novelas. Ese yo narrador de las primeras páginas ya no vuelve a salir en Madame Bovary, pero su presencia permanece latente, aunque el lector se olvide de ella, añadiendo un matiz de duda al célebre precepto de la impersonalidad narrativa. [...] ”
AMM
“La gran ventana de Galdós”
‘Hacia Misericordia’
Colección III Centenario — RAE
Alfaguara, 2013
” [...] A la semana de irse Gaby, telefoneó anunciando su llegada Álex.
—Voy con Hugo, mamá. Lo he visto estos días. Ha estado en casa jugando al tenis y bañándose.
Después de un silencio poco perceptible, Palmira dijo:
—Has hecho muy bien invitándolo, querido. —Cuando colgó, se volvió hacia el ama—. Vienen Álex y un amigo suyo. Que no se nos olvide advertirles que Juba está cada día más viejo.
—No sé a qué viene semejante embajada. Seguro que estás pensando en otra cosa. Te conozco. A Juba le pasa lo que nos pasa a todos; no creo que necesites advertirlo.
—Quiero decir que se queda con frecuencia dormido detrás de un sofá o en un rincón de un patio, sordo y aislado el pobre. Y que a veces lo dejamos encerrado sin darnos cuenta, y, si no es porque él ladra asustando a cualquiera, nos pasamos la noche buscándolo en este caserón lleno de apartamentos, pisos semiindependientes, revueltas, recodos y escondites… Por favor, que miren antes de salir de una habitación sobre todo si entraron a ella con Juba. Acuérdate de aquella madrugada, cuando conseguimos encontrarlo en le lavadero después de dos horas y media, y se despertó tan tranquilo meneando la cola.
—Ignoro qué tendrá que ver Juba con esa visita, pero yo no me río, porque voy a acabar como Juba en el momento menos pensado.
—Lo único que te falta es tener cola.
—La tengo, pero no voy a ir por ahí enseñándola.
Tenía razón el ama: Palmira hablaba y actuaba de una manera extraña. [...] ”
Antonio Gala
“Más allá del jardín” (1995)
Planeta, 2002
” [...] Causóme esto mucha pesadumbre, porque el gusto de haber leído tan poco se volvía en disgusto, de pensar el mal camino que se ofrecía para hallar lo mucho que, a mi parecer, faltaba de tan sabroso cuento. [...] ”
(Capítulo IX. ‘Donde se concluye y da fin a la estupenda batalla que el gallardo vizcaíno y el valiente manchego tuvieron’)
—ROMANCE CON LAGUNAS
A Jean Cassou
Por una vereda
venía Don Pedro.
¡Ay cómo lloraba
el caballero!
Montado en un áfil
caballo sin freno,
venía en la busca
del pan y del beso.
Todas las ventanas
preguntan al viento,
por el llanto oscuro
del caballero.
PRIMERA LAGUNA
Bajo el agua
siguen las palabras.
Sobre el agua
una luna redonda
se baña,
dando envidia a la otra
¡tan alta!
En la orilla,
un niño,
ve las lunas y dice:
¡Noche; toca los platillos!
SIGUE
A una ciudad lejana
ha llegado Don Pedro.
Una ciudad de oro
entre un bosque de cedros.
¿Es Belén? Por el aire
yerbaluisa y romero.
Brillan las azoteas
y las nubes. Don Pedro
pasa por arcos rotos.
Dos mujeres y un viejo
con velones de plata
le salen al encuentro.
Los chopos dicen: No.
Y el ruiseñor: Ya veremos.
SEGUNDA LAGUNA
Bajo el agua
Siguen las palabras.
Sobre el peinado del agua
un círculo de pájaros y llamas.
Y por los cañaverales,
testigos que conocen lo que falta.
Sueño concreto y sin norte
de madera de guitarra.
SIGUE
Por el camino llano
dos mujeres y un viejo
con velones de plata
van al cementerio.
Entre los azafranes
han encontrado muerto
el sombrío caballo
de Don Pedro.
Voz secreta de tarde
balaba por el cielo.
Unicornio de ausencia
rompe en cristal su cuerno.
La gran ciudad lejana
está ardiendo
y un hombre va llorando
tierras adentro.
Al Norte hay una estrella.
Al Sur un marinero.
ÚLTIMA LAGUNA
Bajo el agua
están las palabras.
Limo de voces perdidas.
Sobre la flor enfriada,
está Don Pedro olvidado
¡ay!, jugando con las ranas.
Federico García Lorca
‘Burla de Don Pedro a caballo”
“Romancero gitano”
“Poema del Cante Jondo.
Romancero gitano”
Edición de Allen Josephs y
Juan Caballero
Cátedra — Letras Hispánicas (1977)
” … de Gabriel García Márquez … ”
” [...] “Dios mío —pensó—: no era este el que esperaba”. Al día siguiente, sin embargo, él volvió a la casa afeitado y limpio, con el bigote perfumado de agua de alhucema y sin el cabestrillo ensangrentado. Le llevaba un breviario de pastas nacaradas.
—Qué raros son los hombres —dijo ella, porque no encontró otra cosa que decir—. Se pasan la vida peleando contra los curas y regalan libros de oraciones.
Desde entonces, aun en los días más críticos de la guerra, la visitó todas las tardes. Muchas veces, cuando no estaba presente Remedios, la bella, era él quien le daba la vuelta a la máquina de coser. [...] ”
—”Cien años de soledad”—
” [...] Hemos compartido juntos, Gabriel y yo, muchas horas de felicidad desbordada y no pocas de incertidumbre y estrechez. Hemos viajado por tres continentes, hemos compartido libros, músicas y amigos. [...] ”
Álvaro Mutis
“Lo que sé de Gabriel”
Edición Conmemorativa de la RAE
y la Asociación de Academias de la Lengua Española
de “Cien años de soledad”
Alfaguara, 2007
” … combando las hojas … ”
” [...] No sé cómo entró el invierno. O quizá no era aún invierno propiamente, pero recuerdo que llegó el frío. Del mar, [...] ”
Ana María Matute
“Primera memoria”
‘El gallo blanco’
Destino, 1982
” … de principio a fin … ”
” [...] He contado mi historia en la televisión y a través de un programa de radio. Además, se la he contado a mis amigos. Se la conté a una anciana viuda que tiene un voluminoso álbum de fotografías y que me invitó a su casa. Algunas personas me dicen que esta historia es una invención fantástica. Yo les pregunto: Entonces, ¿qué hice durante mis diez días en el mar?”
Gabriel García Márquez
‘Mi heroismo consistió en no dejarme morir’
“Relato de un naúfrago”
Plaza & Janés — Círculo de Lectores, 1987
” [...] —La sala Chauffard está ahí —dijo Etienne—. No nos vamos a quedar todo el día en este banco.
—Esperá que termine el pitillo. ”
Julio Cortázar
“Rayuela” (1964)
Biblioteca El Mundo
Bibliotex, 2001
” … caminando así…descubrí el pozo…al nacer el día … ”
Los escritores y todos los que pinzáis arte allí por donde posáis vuestro sano pulso, Antonio, tenéis una enorme ventaja respecto al resto de los mortales siempre que contempláis luces y sombras: rebosáis vida -afortunadamente para lectores, visores y espectadores- y no lo podéis evitar.
El zumbido constante, armónico y brillante que hoy transpira De principio a fin homenajea de mano, corola y letra muchos recuerdos cincelados con nombre propio. A veces sin él. Con alharacas y parabienes del reconocimiento popular y entendido. A veces si ellos.
Y con una mágina instantánea que juega al escondite con el “culpable” de los Cien años de soledad como se merece: con estilo para parar un eternal train.
Así en la tierra como en el cielo…ni que decir tiene :)
¿Será un rasgo generacional lo de hacer “acopio de primeras frases” de los libros que uno leía? No creo, pero hubo un tiempo, hace muchos años, en el que me dediqué a copiar en un cuaderno las primeras frases de las novelas con las que entretenía mi juventud y alimentaba mi imaginación. Y entre las más admiradas estaban las del llamado boom de la literatura hispanoamericana. Después de copiarlas en aquel cuaderno uno las releía de cuando en cuando y trataba de recordar las historias de cada libro. Y con el paso del tiempo sentía el desengaño que suponía el olvido de algunas de ellas y, por el contrario, la satisfacción de que otras permanecían en la memoria como si la lectura aún estuviese caliente.
Y entre aquellos comienzos que enganchaban hasta llegar a su final había muchos que tenían como referencia la muerte. Por ejemplo:
“Bastará decir que soy Juan Pablo Castel, el pintor que mató a María Iribarne; supongo que el proceso está en el recuerdo de todos y que no se necesitan mayores explicaciones sobre mi persona.”
El túnel – Ernesto Sábato
“El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo.”
Crónica de una muerte anunciada – Gabriel García Márquez
“ A las ocho vino José María con la noticia, casi sin rodeos me dijo que Celina acababa de morir. Me acuerdo de que reparé instantáneamente en la frase, Celina acabando de morirse, un poco como si ella misma hubiera decidido el momento en que eso debía concluir.”
Las puertas del cielo – Julio Cortázar
“Detrás de él, en acongojado diapasón, volvía el albacea a su recuento de responsos, crucero, ofrendas, vestuario, blandones, bayetas y flores, obituario y réquiem –y había venido éste de gran uniforme y había llorado aquél y había dicho el otro que no éramos nada…- sin que la idea de la muerte acabara de hacerse lúgubre a bordo de aquella barca que cruzaba la bahía bajo un tórrido sol de media tarde…”.
El siglo de las luces – Alejo Carpentier
Otro que se lee de principio a fin, y para no cambiar de asunto, primeras frases de novelas o cuentos que tienen que ver con la muerte, les dejo uno de mis preferidos. No es de ningún autor hispanoamericano sino de Paul Auster (Brooklyn Follies):
“Estaba buscando un sitio tranquilo para morir. Alguien me recomendó Brooklyn, de manera que al día siguiente salí de Westchester y fui para allá a reconocer el terreno.”
No está mal eso de reconocer el terreno en el que uno va a vivir, aunque sean los últimos días.
Actuar como los escritores que AMM considera que están convertidos en monumentos de sí mismos quizás no está al alcance de todos, pues no todos podemos codearnos con la gente poderosa, participar en sus cuchipandas, vivir en el meollo central de lo capitalino
Pero seguir el modelo de los escritores “reservados” preferidos por el anfitrión, no parece tan difícil. Solo hay que quedarse en la negra provincia, donde haya nacido cada uno, sin otra pretensión que la de redactar folios, como hizo durante la mayor parte de su vida Flaubert, escribiendo, o, sencillamente, en la propia cama, rellenando papeles y apurando botellas, con tranquilidad, tipo Onetti
:-)
Maese Nicolás,
Me gustó mucho esa novela de Paul Auster, y me gustaría volver a leerla; pero el tiempo es escaso, harían falta varias vidas.
Vuelvo a leer el artículo y me quedo pensando. Pareciera que en algún momento, y por alguna razón (o quizás por ninguna; hay ciertas cosas que tienen razones, ni las necesitan), a nuestro anfitrión dejó de gustarle la obra de GGM.
A mí no. A mí ningún figurante ni figurón, ningún boato de muerte, ninguna de las miles de adulaciones que en vida se le prodigaron al gran Gabo me tapó o me ocultó o siquiera me atenuó el “rumor en voz baja de su literatura”. Desde la primera vez que lo leí, casi una adolescente, hasta la final Memoria de mis putas tristes, la palabra escrita de GGM, su maravillosa manera de narrar, fue para mí una especie de encantamiento en el que caí rendida, gozosamente rendida. Con pocos, muy pocos escritores (seguramente podría contarlos con los dedos de las manos) me ha pasado cosa semejante. Por eso, por tantas horas de lectura con las que me acompañó a lo largo de la vida, con las que me seguirá acompañando hasta el final, le estoy profundamente agradecida.
Muchas gracias, me has regalado un rato estupendo, me atrapaste en el primer renglón.
“Bastará decir que soy Juan Pablo Castel, el pintor que mató a María Iribarne; supongo que el proceso está en el recuerdo de todos y que no se necesitan mayores explicaciones sobre mi persona.
Aunque ni el diablo sabe qué es lo que ha de recordar la gente, ni por qué. En realidad, siempre he pensado que no hay memoria colectiva, lo que quizá sea una forma de defensa de la especie humana. La frase “todo tiempo pasado fue mejor” no indica que antes sucedieran menos cosas malas, sino que —felizmente— la gente las echa en el olvido. Desde luego, semejante frase no tiene validez universal; yo, por ejemplo, me caracterizo por recordar preferentemente los hechos malos y, así, casi podría decir que “todo tiempo pasado fue peor”, si no fuera porque el presente me parece tan horrible como el pasado; recuerdo tantas calamidades, tantos rostros cínicos y crueles, tantas malas acciones, que la memoria es para mí como la temerosa luz que alumbra un sórdido museo de la vergüenza.”
“El túnel”, de Ernesto Sábato.
Os leo antes de que el sueño me obligue a replegarme…él y yo somos combatientes, porque siempre me parece que me roba algo de vida.
Me hace muy feliz,y más resistente, saber que compartimos algunas pasiones. ¡Cuánto hacía que no oía (o no leía) el nombre de Santiago Nasar!
Maese Nicolás,
Quirós,
Hace pocos días Paul Auster estuvo en Buenos Aires, invitado por la Feria del Libro y la Universidad Nacional de San Martín. Entre otras muchas actividades y entrevistas que me hubiera encantado ver, estuvo en la Feria del Libro (que curiosamente se desarrolla desde hace 40 años en el predio de la Rural Argentina, donde dentro de unos días, cuando termine la del libro, se hará la exposición rural anual, donde se premian los mejores ejemplares de ganado.
:-)) conversando con J.M. Coetzee.
Les dejo el enlace a la página sobre Auster que preparó la Universidad de San Martín, donde pueden verse además varias entrevistas, y entre otras cosas una conversación de Auster con Vila Matas, coordinada por Eduardo Lago. Si les gusta Auster, les puede interesar:
http://www.unsam.edu.ar/auster/
albertiyele,
Ayer me acordé de vos por doble motivo: después de comer, porque al final del largo paseo sabatino cuyo caloricidio me sirve de paradójica coartada para cometer algún pequeño exceso calórico, acudimos a la heladería italiana y en ella se estrenaba como novedad de su paleta de sabores el de dulce de leche, nombre cuya sola invocación, ohhhhhhhh, nos evocó la pública preferencia que usted le dispensa. Ya por la noche, al ver que los dictados de la moda (“S” dixit) entronizan las chanclas, suscitó igualmente su acreditada repugnancia por tales modalidades del calzado que permiten en los varones la pública y mujiquiana exhibición de los pies.
Por si hay tiempo, ganas y además se quiere ayudar a las escuelas públicas de las zonas más desfavorecidas de Nueva York, ya que los beneficios recaudados se destinarán la organización benéfica Edible Schoolyard NYC.
http://www.txikifest.com/txikifest/es/
Fabrizio Corbera,
Qué casualidad. Yo también probé ayer el helado del dulce de leche, tan recomendado y saboreado por nuestra amiga Alicia. Rico, rico. Y comí en Huesca un delicioso cordero, que me recordó al soberbio lechazo de Valladolid, que era mucho mejor. Ay, qué bien se está en torno a una mesa, una buena mesa y la compañía de los amigos. Que paséis un buen día.
Diego Ariza,
Mira que casualidad que aunque he dejado de entrar precisamente por esa falta de amabilidad y respeto hacía mi, hoy que le dije a alguien de la existencia de este lugar, puedo ver que tu como otros siguen en esa misma linea de ser hasta ofensivos, pero entro donde quiero y no dónde a base de comentarios como el tuyo me destierran.
Eres un jovenzuelo que no sabe o no quiere saber que si digo las cosas es porque mi razón y verdad me avalan, aunque no tengo miedo de hacer el rídiculo, me refiero, visto lo que pones a la muerte de Gabriel García Márquez , la dirección que me envias ya la había leido, pero no en la despedida mundial, aqui apenas se había mencionado, incluso sabiendo “Que todos nacemos con “los Polvos Contados” así que querido Diego sin tomarme más molestias por tu comentario, agradezco que me leas y si, mira por donde, D. Antonio Muñoz Molina ha sido de los últimos en dedicarle un artículo a Garcia Márquez, porque muchos, sin excepció,n nos despedimos de él. Y si te parece no pierdas el tiempo en leerme, , es normal que a tu edad se tengan cosas más importantes que hacer…;)
Dumi,
No deja de sorprenderme cómo todos los que faltan al respeto a los demás luego tienen una piel tan fina y exigen respeto y se hacen las víctimas y se sienten “desterrados”. Hay que joderse. Pues nada, como hago siempre en estos casos, mostrarte mi solidaridad y apoyo en esta persecución terrrible que estás sufriendo. No te rindas, Dumi, eres una Juana de Arco, la heredera moral de Nelson Mandela. Cualquier día darás una rueda de prensa con Garzón. Porque efectivamete aquí nos caracterizamos muchos por ser ofensivos. Sin embargo, tú aquí eres conocida por tu amabilidad y buen rollo. Sin ir más lejos lo de “jovenzuelo”, que es bien sabido que no es un término insultante sino de respeto y amabilidad ¿Qué dírías si yo te llamara “viejezuela”?
Pero bueno, vamos al tema de García Márquez: ¿Que “aquí apenas se había mencionado” la muerte de Gabriel García Márquez? Joder, pues visita urgentemente al oculista porque durante tres días por lo menos no se habló aquí prácticamente de otra cosa. Eso sí, no me consta que ninguno de los participantes haya acudido a esa “despedida mundial” que se ha celebrado en tu imaginación. ¿Qué Muñoz Molina “ha sido de los últimos en dedicarle un artículo a García Márquez. , porque muchos, sin excepció,n nos despedimos de él”? Hombre, ya me dirás cuales son los que le han dedicado estos días un articulo a GGM. Me he molestado en revisar los artículos de varios escritores muy leídos y famosos y ninguno de ellos le ha dedicado ningún artículo. Ni Javier Marías, ni Pérez Reverte, ni Vila Matas, … Por cierto, muy modesta has sido en ponerte a la altura de nuestro anfitrión al incluirte en ese grupo de personas que debería despedirse de García Márquez.¿Dónde está tu artículo? Y para finalizar, si no quieres que te lea lo tienes muy fácil: no publiques comentarios. Los publicas en tu blog y ahí no corres el peligro de que nadie te lea. Mira que he buscado y nadie te ha publicado un comentario, ni una simple valoración,….::
http://huequitosdesol.blogspot.com.es/
Te hago caso en una cosa. Me voy a hacer algo más importante que leerte: están repitiendo Sálvame deluxe y no me lo quiero perder.
Tienes toda la razón, en realidad Jorge Manrique escribió “como a nuestro parecer cualquier tiempo pasado fue mejor”. Se suele olvidar el “a nuestro parecer”.
Dumi, qué curioso, por tu forma de escribir, yo siempre pensé que eras muy joven. Espero que no te ofendas, es sólo una impresión y un comentario. Aunque en una ocasión te pregunté si eras disléxica, para darte unos consejos bastante útiles que yo utilizo, y eso te molestó.
A lo que iba… No sabía que escribir sobre Gabriel García Márquez tuviera fecha de caducidad a partir de su fallecimiento. Yo agradezco que el artículo de nuestro anfitriomm haya salido casi dos semanas después del suceso porque durante cuatro o cinco días estuvimos saturados de GGM. No creo que todos los escritores estén obligados a hacer público su pesar por la muerte del Nobel, y menos aún, que se les pueda reprochar que lo hagan en el momento que consideren adecuado. El recuerdo de los difuntos (de los escritores que admiramos) debe ser continuado, y no algo puntual, reducido al instante en que ocurre el fallecimiento.
Es sólo mi opinión, un comentario a tu comentario. Recuerda que si vertemos nuestros pensamientos en este blog, es para ser leídos y obtener, si los hay, otros puntos de vista distintos a los nuestros.
albertiyele,
No he podido escucharlo todo, pero me ha parecido muy interesante. Los tres son grandes escritores. Muchas gracias.
Carlos,
Dos grandes, Manrique y Sábato.
:-)
Quirós,
Pues me alegro de que te haya gustado.
:-))
Almudena Cañamero Matesanz,
Gracias por las correcciones. Ni con cien ojos que pusiera uno dejaría de necesitar de ese oficio tan noble y tan poco agradecido de los correctores profesionales.
El sábado a la tarde leí en un par de horas deliciosamente soleadas ‘Crónica de una muerte anunciada’. Si no fuera porque el pobre Santiago Nasar acaba destripado, diría que fue una tarde perfecta… En la playa de mi infancia, donde estuve leyendo a García Márquez, apoyado sobre el muro del paseo aún afectado por los temporales de febrero y marzo, abundaban -además del maderaje aportado la semana pasada por los últimos mares de fondo con mareas de alto coeficiente, que no volverán, esperemos, antes de fines de septiembre- numerosos artículos españoles de consumo de masas: envases azules de yógures griegos de Danone, botellas de desinfectante y de limpiadores de plata, paquetes de café Bacqué, bolsitas de tinta de calamar gallega… hasta bombillas había entremetidas en la arena, dispuestas a ser pisadas por algún inocente pie descalzo.
Diego Ariza,
No quisiera hacer piña en contra de nadie, como ese chiste en el que un hombre cuenta a un amigo que el día anterior vio pegando tres chicos a una señora mayor, y cuando le pregunta el amigo qué hizo él le contesta: “le pegamos una paliza entre los cuatro…”. Pero es que esta contertulia es atrevida, escandalizándose a cambio sin medida cuando alguien le dice algo, y me atrevería a decir que, como en otro chiste buenísimo, un oso le dice al cazador: “tú no has venido aquí a cazar, ¿eh? ¿Golosón?”. Y es que no viene aquí a comentar sino a dar lecciones de no se sabe qué. A lo que parece le van los revolcones dialécticos.
Hermi, es que a ti te la tiene jurada. Ya me he percatado que pongas el comentario que pongas (siempre muy moderados y sensatos), intenta censurar alguna de tus frases. Te admiro por la forma tan sosegada que tienes de torearla.
BK,
Grcias, BK. La cosa viene de antiguo. Hice un comentario algo jocoso en torno a una entrada suya y se indignó muchísimo. Pedí disculpas reiteradas veces pero solo conseguía soliviantarla más. Pero es que yo creo que si alguien cuelga aquí algo debe aceptar someterse a una mínima crítica. Las muy buenas, podéis creerme, también hacen mucho daño. Y parece que no quiere cerrar el asunto, zanjarlo. Pues nada, al revolcón.